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¿Pueden ser peligrosos los vómitos y la diarrea?
Los vómitos y la diarrea (evacuaciones intestinales líquidas y frecuentes) pueden ser dañinos debido a que pueden provocar deshidratación. La deshidratación ocurre cuando se pierden demasiados líquidos. Los niños pequeños y los adultos mayores pueden deshidratarse rápidamente, pero la deshidratación puede suceder a cualquier edad.
Causas y factores de riesgo
¿Cuál es la causa de los vómitos y la diarrea?
Los vómitos y la diarrea pueden ser causados por un sin número de cosas, como, virus, bacterias, parásitos, algunos medicamentos, o alguna condición médica. Los alimentos difíciles de digerir (como, demasiados dulces) y, las carnes y pescados que no están bien cocidos (crudo o parcialmente crudo) también pueden ocasionar vómitos y diarrea.
Tratamiento
¿Cómo prevenir la deshidratación?
Cualquier persona que haya tenido varios episodios de vómitos o diarrea necesitará reemplazar los líquidos y electrolitos que ha perdido.
Para bebés: si está amamantando, continúe dándole leche materna a su bebé. La leche materna tiene los fluidos y electrolitos necesarios para prevenir una deshidratación. Es posible que su médico también quiera que le dé a su bebé una solución oral de rehidratación (ORS). Si alimenta a su bebé con fórmula, trate de cambiar a una fórmula sin lactosa mientras su bebé esté enfermo. La lactosa empeora la diarrea. Es posible que su médico también le recomiende que cambie la fórmula por una ORS durante unas 12 a 24 horas, y que luego regrese a la fórmula.
Para niños pequeños: Use una ORS que contenga la mezcla correcta de sal, azúcar, potasio y otros nutrientes para ayudar a reemplazar los líquidos corporales perdidos. Los niños mayores de 1 año de edad también podrían tomar sopas claras, refrescos o jugos claros mezclados con agua en partes iguales para ayudar a prevenir la deshidratación. Debe evitar darle a su hijo agua pura y bebidas carbonatadas. El agua pura no contiene suficientes sales y nutrientes para ayudar a la deshidratación. Las bebidas carbonatadas regularmente tienen un alto contenido de azúcar y pueden irritar el estómago de su niño.
Para adultos y adultos mayores: para reemplazar los líquidos perdidos debido a los vómitos y la diarrea, los adultos y las personas mayores deberán tratar de tomar al menos 7 vasos de 8 onzas de agua al día. Los adultos mayores también pueden tomar ORS o reemplazar líquidos en la comida para ayudar a reponer los líquidos perdidos.
El líquido amniótico hace mucho más que amortiguar paseo de su bebé.
El líquido amniótico: Es a la vez mundano y lo poético, un humilde líquido que protege y nutre a su bebé. También ayuda a mantener una temperatura constante; promueve el crecimiento y desarrollo de los pulmones del feto, sistema gastrointestinal, músculos y huesos, y evita la compresión del cordón umbilical. Algunos estudios incluso sugieren que transmite olores y sabores de la dieta, ayudando a influir en las preferencias futuras del bebé del gusto.
Después de 16 semanas, cuando el feto comienza tragar el líquido, se compone en parte de la orina reciclada. El volumen aumenta de alrededor de una taza en el primer trimestre para cuatro copas en el tercer trimestre, luego disminuye a cerca de tres tazas a largo plazo, dice Jeanne A. Conry, MD, Ph.D., un gineco-obstetra de Kaiser Permanente en Roseville , California “El líquido amniótico [niveles] puede ser un reflejo de la salud del embarazo”, dice Conry. Las pistas que hay demasiado o demasiado poco como la disminución del movimiento fetal y una barriga demasiado grande o demasiado pequeña, los niveles actuales se pueden determinar a través de ultrasonido.
Demasiado poco líquido
Esto ocurre en aproximadamente el 4 por ciento de los embarazos y pueden señalar los defectos de nacimiento, especialmente las que afectan al riñón o del tracto urinario, la ruptura prematura de las membranas (pérdida de líquido deben ser reportados a su médico de inmediato), o las condiciones de salud materna, tales como la diabetes y la hipertensión presión. “Demasiado poco líquido muy temprano en el embarazo puede afectar el crecimiento real del niño”, dice Conry. “Más tarde, la falta de flotabilidad alrededor del cordón umbilical se combina con contracciones pueden hacer caer la frecuencia cardíaca del bebé.”
Demasiado líquido
Esto ocurre en aproximadamente el 1 por ciento de los embarazos y pueden sugerir defectos de nacimiento, con mayor frecuencia los de los sistemas gastrointestinal y nervioso que afectan a la deglución, infección fetal o anomalías del ritmo cardíaco, o la diabetes maternal. Ambas condiciones son vigiladas de cerca y tratar, y las pruebas se hacen a menudo para asegurarse de que el bebé está bien.
En el primer mes de vida el horario del bebé se rige por la necesidad de alimentarse y por su temperamento
Durante su primer mes de vida, los bebés recién nacidos emplean la mayor parte del tiempo en dormir. Se despiertan casi exclusivamente para comer, cada 2-3 horas de media. Algunos bebés espacian más las tomas durante la noche, ya desde el principio. Esto depende del temperamento del recién nacido, aunque el tipo de alimentación también puede influir en el horario del bebé.
Antes de nacer, el bebé no tiene horario. Se alimenta de forma continua a través de la placenta. No tiene hambre. Duerme cuando le parece y nadie lo controla.
Durante el primer mes de vida, el horario de un bebé suele ser un poco caótico y se rige básicamente por la necesidad de alimentarse. Después de saciar el hambre, el bebé se relaja y suele dormir.
Algunos bebés sí son regulares para comer y dormir, otros lo son menos. Esto depende del temperamento del bebé.
Los bebés suelen hacer entre 8 y 12 tomas de pecho las primeras 2-4 semanas de vida y las reparten de dos formas diferentes:
Unos, a lo largo del día y de la noche. Los intervalos son siempre de 2-3 horas.
Otros, durante la noche hacen una pausa más larga (de 4-5 horas), con igual número de tomas en total, o sea, que toman cada 1 hora y media o 2 horas.
Ambos tipos de bebés ingieren similar cantidad de leche en total.
El ritmo interno del bebé no es fácil de modificar, y menos lograrlo enseguida. El horario de los bebés se va adaptando con respecto a:
El flujo de leche. Cuando la madre empieza a producir cantidad de leche adecuada a las necesidades del bebé, normalmente a partir de la tercera semana, a veces, más tarde.
Los cuidados recibidos, que condicionarán la cantidad y calidad de los estímulos ambientales.
Durante el primer mes, el bebé duerme, aunque haya ruido a su alrededor o, aunque sea pleno día. Más adelante, estos factores le influyen cada vez más.
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