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¿Qué es la Gerontología?
Es considerada una rama de la medicina que estudia los fenómenos fisiopatológicos propios de la vejez.
Estudia, trata y previene las diversas enfermedades relacionadas con el envejecimiento.
También sugiere las medidas preventivas higiénico-dietéticas que deben de seguir los adultos para evitar el envejecimiento precoz.
La gerontología (de geronto , anciano y logos , estudio) es el área de conocimiento que estudia la vejez y el envejecimiento de una población.
A diferencia de la geriatría -rama de la medicina que se centra en las patologías asociadas a la vejez, y el tratamiento de las mismas-, la gerontología se ocupa, en el área de salud, estrictamente de aspectos de promoción de salud.
Por lo demás, aborda aspectos psicológicos, sociales, económicos, demográficos y otros relacionados con el adulto mayor.
Diversos factores explican el reciente desarrollo de este tipo de preocupaciones. En primer lugar, la incrementada importancia que ha tomado el envejecimiento de la población.
A ello se suman las condiciones de vida actuales de las personas mayores que, a diferencia de lo que ocurría anteriormente, lo más corriente es que ya no conserven unos vínculos familiares tan estrechos con su familia; de este aislamiento resulta la necesidad de preocuparse por su autonomía económica y por los diferentes problemas vinculados al estado de creciente soledad en la edad en la que se encuentran.
La gerontología tiene un doble objetivo:
Desde un punto de vista cuantitativo , la prolongación de la vida (dar más años a la vida, retardar la muerte)Desde un punto de vista cualitativo , la mejora de la calidad de vida de las personas mayores (dar más vida a los años)
La gerontología es un estudio multidisciplinario porque, como toda nueva área de conocimiento, se ha nutrido y se nutre de los conocimientos aportados por otras.
De esta forma suma vida a los años más que años a la vida; este último sería un objetivo de la geriatría.
Síntomas de la Parkinson
La enfermedad de Parkinson es un desorden neurológico de causa desconocida hasta el momento.
Fue descrita en 1817 por James Parkinson, médico británico que la llamo “la parálisis temblorosa”.
En la década del 60, se identificó un defecto cerebral importante. Se descubrió que algunas personas presentaban una pérdida significativa de células cerebrales que producen un producto químico llamado dopamina. De esta manera se encontró el primer tratamiento eficaz para esta enfermedad.
La enfermedad de Parkinson presenta síntomas a nivel motor. Los principales son el temblor en las manos, en los brazos y en las piernas, también en la cara y en la mandíbula.
Existe rigidez en las extremidades y en el tronco y lentitud en los movimientos, además de inestabilidad de la postura.
A medida que estos síntomas se desarrollan, los pacientes pueden tener dificultades para caminar, para hablar y para realizar acciones simples.
Esta enfermedad es crónica, es decir que perdura por largo tiempo y además es progresiva, es decir los síntomas empeoran con el tiempo. No es contagiosa ni se hereda.
Ataca a hombres y mujeres mayores de 50 años y los síntomas se hacen presentes alrededor de los 60 años. Actualmente se también se registra esta enfermedad en individuos de 40 años, Parkinson precoz.
Síntomas iniciales:
Los primeros síntomas son casi imperceptibles y van ocurriendo paulatinamente. Los pacientes pueden decir que se sienten cansados, algunos pueden registrar cierto temblor o pueden tener dificultades para levantarse de un asiento. Algunos notan dificultades en la dicción y en la caligrafía, puede haber depresión o irritabilidad sin razón aparente.
Los primeros en darse cuenta suelen ser los familiares que observan la poca expresividad de la cara, la lentitud en la realización de tareas de la persona afectada.
Al progresar la enfermedad, el temblor característico se acentúa e interfiere con las actividades de la vida diaria, por ej. comer o leer el diario.
Otros síntomas:
Otros síntomas que acompañan esta enfermedad son:
Depresión.
Cambios emocionales (mayor temor e inseguridad)
Dificultad para tragar y masticar.
Cambios en la dicción.
Problemas urinarios o de estreñimiento.
Problemas cutáneos.
Problemas del dormir y del soñar.
Ante cualquiera de estos síntomas es importante la consulta médica. Con atención neurológica y psiquiátrica y con medicación adecuada estos pacientes pueden sobrellevar los síntomas de su enfermedad. En algunos casos, especialmente en edades avanzadas, se requiere internación geriátrica para una mejor atención.
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