María Silva/Agencia Reforma
MONTERREY, NL 22-Dic .- La existencia de la vacuna contra el virus del papiloma humano (vph) ya no es una novedad en la población y las campañas de prevención en mujeres entre los 9 y 45 años ha sido exhaustiva.
Sin embargo, los hombres, quienes también lo padecen y son transmisores del virus, no cuentan con un esquema de vacunación y poco se sabe de su prevención, aunque en el sector salud se especifica el mismo rango de edades que el sexo femenino para su aplicación.
"Todavía no se contempla como una estrategia de salud para el sexo masculino por el costo que representa, tanto en México como en otros países", aclara José Tirán, ginecólogo infectólogo.
Desde el 2006, la COFEPRIS aprobó para México la vacuna tetravalente llamada Gardasil, que se aplica en ambos sexos, y la Cervarix, que es sólo para mujeres.
La NOM (Norma Oficial Mexicana) establece que la vacunación en México está por lo pronto contemplada sólo para mujeres de 9 años de edad, y máximo 12, y los esquemas aprobados son que tras la primera dosis, hay que esperar dos meses para aplicar la siguiente y a los seis meses la tercera y última.
Para Cervarix, tras la primera vacuna, la segunda es al siguiente mes y la tercera y última a los seis meses, coinciden Tirán y Jorge Arratia Maqueo, urólogo.
"Para que se pueda justificar un esquema de vacunación únicamente femenino en cualquier país, se requiere arriba del 80 por ciento de mujeres vacunadas, sin esta condición se considera necesaria entonces la inmunización en hombres; se espera que pronto haya un cambio para ellos", explica Tirán.
En Estados Unidos, agrega el ginecólogo infectólogo, se realizó una vacunación orientada a hombres de alto riesgo, por ejemplo, hombres que tienen sexo con hombres, y esas poblaciones fueron un objetivo importante para prevenir, o grupos que están susceptibles a otro tipo de factores, pero no se ha hecho una vacunación abierta, como se realiza con las mujeres.
"Ambos sexos, de preferencia, deben aplicarse la vacuna antes de iniciar las relaciones sexuales, para evitar el cáncer y/o verrugas o condilomas causados por este virus en cérvix o cuello de matriz, vulva, vagina, ano, pene y orofaringe", señalan Tirán y Arratia.
"Al aplicar esta vacuna tetravalente se cubren cuatro tipos de virus, de entre los 100 que existen: 6, 11, 16 y 18", afirma Arratia.
"El mayor problema en los hombres es cuando se dividen las poblaciones", agrega Tirán. "Los heterosexuales son los que tienen mayor problema de padecer el tipo 16, y es lógico, porque las mujeres también tienen un alto índice de éste, que es el principal causante de cáncer, comparado con los que tienen sexo con hombres, su mayor riesgo es el tipo 6".
Dentro de los cuatro tipos, añade Arratia, se cubre el 70 por ciento de los cánceres cervicouterinos y alrededor del 90 por ciento de los condilomas o verrugas genitales, pero la vacuna tiene una reacción cruzada y también protege de otros virus que causan el vph.
La Cervarix sólo cubre los tipos 16 y 18 de este virus en mujeres de los 10 a 55 años.
"Entre el 50 al 80 por ciento de la población sexualmente activa padece el vph, y de este porcentaje alrededor del 15 por ciento lo expresa en forma de condilomas, y el resto no lo manifiesta", expresa Arratia. "Hay una gran cantidad de hombres y mujeres que nunca supieron que lo padecieron, porque el sistema inmunológico lo puede llegar a eliminar al cabo de 18 a 24 meses en muchos de los casos".
En un escenario menos privilegiado, algunos virus resultan muy resistentes y al cabo de 10 años pueden expresarse como cáncer cervicouterino, en las mujeres, y de ano y pene, en los hombres, manifiesta el urólogo.
"En Estados Unidos y Europa hay una pirámide bien descrita sobre la incidencia de cáncer de cabeza y cuello por el vph, que también está asociado con más del 95 por ciento de los cánceres de cérvix; 50 por ciento, de vulva y vagina; 88 por ciento de cánceres de ano; 80, de pene, 20 por ciento, laríngeos, y 90 de piel de origen no melanomatoso.
"Aquí preferimos establecer estrategias de vacunación de avanzada, y sugerimos que sea tanto en mujeres como en hombres, porque es la única manera de romper el ciclo de transmisión de la enfermedad. Por lo mismo la recomendación es recibir la vacuna antes de iniciar la vida sexual para obtener la mayor protección, pero es importante señalar que la vacuna también es útil ya iniciada la vida sexual, con un muy alto índice de eficacia, por lo que si una persona quiere practicar el verdadero concepto de sexo seguro, se recomienda que se proteja contra el virus del papiloma humano", afirma Tirán.
¿Cómo se transmite?
La única forma de transmisión del vph es a través de las relaciones sexuales, y aunque parezca que a los 9 años es aún muy temprano para que sucedan, está comprobado que en esa etapa el sistema inmunológico es más fuerte y si se cumplen las tres dosis requeridas, se logra la protección total contra este padecimiento, indica Arratia.
"El virus se contagia por contacto sexual en el 97 por ciento de los casos y se requiere que haya fricción en los tejidos para que se transmita; el sexo oral es por fricción; pene-vagina y pene-ano también. El área genital puede contribuir a que por la fricción del contacto sexual haya contagio", afirma Tirán.
El urólogo aclara que aunque los condilomas aumentan la posibilidad de la transmisión del papiloma humano, su presencia en los genitales no es sinónimo de cáncer, o en ocasiones éste se presenta sin ninguna lesión visible.
"La CDC (Centers for Disease Control and Prevention) lanzó hace un año algunas guías particulares para la aplicación de la vacuna en hombres, que está indicada para prevención de condilomas, neoplasia intraepitelial anal y cáncer de ano", agrega Arratia. "Afortunadamente ya se cuenta con estudios clínicos que lo respaldan, y se demostró que también puede prevenir el cáncer orofaringeo, que aparece por sexo oral, de pene y el cervicouterino en mujeres".
¿Cómo se detecta en hombres?
La mayoría de las veces sucede cuando la mujer va al ginecólogo para el papanicolau o por lesiones en el área genital y el médico refiere a la pareja al urólogo.
"Muchas veces en ellos los condilomas no son visibles, pero existen algunas herramientas para detectar el virus. Una de ellas es la penoscopia en la que se aplica un líquido con ácido acético que hace que se vean más blanquecinos los condilomas planos. Este cambio se debe a la querenitación de las lesiones, y se logra un 80 por ciento de sensibilidad.
"Hay otra prueba que es la más sensible, la PCR, recomendada para hombres y mujeres. Se trata de un cepillado del área genital, en donde se obtienen células, para estudiar el DNA viral, y con esto sí se detecta la presencia específica del virus del papiloma humano o la ausencia", explica Arratia.
La forma
En ambos sexos, la aplicación de la vacuna es intramuscular y en México se distribuye tanto en el medio privado como institucional, pero cambia la presentación, coinciden ambos especialistas.
Los costos fluctúan alrededor de los 2 mil 500 a 4 mil pesos en jeringa prellenada. En el sector salud sólo se aplica en mujeres.
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