Con la llegada de la primavera, las alergias hacen su aparición. Durante los meses de noviembre, diciembre y enero, las gramíneas han estado germinando. Los peores años para los alérgicos son aquellos con abundantes lluvias durante el invierno. Posteriormente, el calor de los meses de mayo y junio provoca la polinización o, lo que es lo mismo, el calvario de los alérgicos.
La alergia es una reacción inmunológica a cualquier sustancia externa al organismo (polen, ácaros, alimentos...). En la mayoría de los casos, el paciente produce anticuerpos de clase E (Inmunoglobulina E o IgE) frente a alergenos (sustancias externas). El anticuerpo, al entrar en contacto con el alérgeno y con unas celulas llamadas mastocitos y basófilos, produce una reacción inflamatoria en el organismo acompañada de picor, enrojecimiento o asma.
Alergia a las gramíneas, la más común
Dentro de las alergicas más habituales, las reacciones a las gramíneas son las que más horas de consultas ocupa. En segundo lugar, se sitúa el polen de las arizónicas y, por último, a los plataneros y al olivo. En las zonas de costa, la alergia que más abunda es a los ácaros.
Gabriel Sosa, alergólogo jefe del servicio de alergia del Hospital La Zarzuela y vocal de la Sociedad De Madrid y Castilla La Mancha de alergología, explica que "a los agentes que provocan la alergia se les llama alérgenos. Y, por desgracia, hay miles de ellos en el ambiente (polen, ácaros, hongos...). Sin embargo, hay ciertos pólenes que son más alergénicos que otros. Por ejemplo, de entre los animales, es mucho más probable volverse alérgico al pelo de gato que al de perro y, además, los ataques son más intensos.
Las enfermedades alérgicas más frecuentes son la rinitis y el asma alérgico. El Dr. Miguel Angel Tejedor, Jefe de Servicio de Alergia del Hospital Universitario Fundación Alcorcón, afirma que estas enfermedades " se producen por la respuesta de nuestro sistema inmunológico a una gran variedad de sustancias, cuya importancia en cada región depende de condiciones que favorecen su presencia: clima continental para pólenes, clima húmedo y cálido en el caso de los ácaros del polvo domestico".
Las molestias de los síntomas
Los principales efectos de la alergia se manifiestan en problemas en las vías respiratorias. Entre ellos, uno de los más incapacitantes es la rinitis alérgica, que consiste en estornudos, picor nasal, moqueo acuoso u obstrucción de la nariz. Gran parte de la población alérgica sufre estos síntomas que en la mayoría de los casos suelen ser muy molestos.
Junto a la rinitis, las afecciones en los ojos también suelen hacer aparición. La cojuntivitis alérgica, la más frecuente, se manifiesta en un enrojecimiento, picor y lagrimeo de la conjuntiva. Por si fuera poco, las gramíneas también pueden provocar asma (tos seca y repetitiva, pitos, ahogos).
¿De qué manera se trata?
El Dr. Sosa explica que las alergias respiratorias se tratran con "antihistamínicos para la rinitis, sprays nasales, colirios, e inhaladores para el asma". Existe también una técnica conocida como 'inmunoterapia', que "consiste en la inyección subcutánea, o la toma oral del alérgeno causante, de forma progresiva. Este tratamiento es desensibilizador, es decir, elimina los síntomas de la alergia. Es el único tratamiento del origen del problema y ha de hacerse bajo la observación de un especialista en el tema y controlando el tratamiento", indica el experto.
Respecto a los remedios naturales, algunos médicos naturistas afirman que la planta petasia aporta los mismos efectos antihistamínicos, y que las infusiones de ortiga seca o de sambucus nigra mejoran los síntomas. Sin embargo, el Dr. Tejedor explica que "no existen estudios controlados que demuestren que son eficaces".
¿A quién puede afectar?
En palabras del Dr. Sosa: "cualquier persona puede padecer una alergia, pero, al menos, en alergias respiratorias y alimentarias es mucho más probable en las personas que tengan antecedentes familiares de alergia, ya que existe un componente genético muy claro".
La alergia puede aparecer en cualquier etapa de la vida en personas que nunca no han padecido. De hecho, generalmente ocurre así. Las personas nacen con los genes que le predisponen para padecer alergia. Sin embargo, el por qué aparece a los cinco años o a los 40 es un hecho que todavía se desconoce.
Estornudar mucho y sonarse la nariz con demasiada frecuencia son unos clásicos síntomas de estar sufriendo una alergia
Con el cambio de estaciones y la proximidad de la primavera, es bastante común que uno comience a experimentar síntomas muy incómodos que vienen a ser los primeros indicativos de que se está sufriendo una alergia. Estos síntomas son muy variados y a pesar de que son una señal bastante fiable de tener una alergia, por sí mismos no son suficientes para saber de qué tipo se trata. Para ello lo mejor es acudir al médico.
Irritación de la garganta y de las fosas nasales.
Es uno de los primeros síntomas que sufre un alérgico: excesiva secreción de mucosidad nasal, estornudos, nariz taponada, sensación de quemazón en el paladar, en los oídos y en la nariz.
Irritación de los ojos.
Otro síntoma muy típico de una alergia es la irritación de los ojos acompañada de un excesivo lagrimeo. Es una sensación muy desagradable que hace que uno esté continuamente frotándose los ojos, irritándolos aún más.
Problemas dermatológicos.
Muchas veces una alergia se manifiesta a través de la piel. Una piel enrojecida, irritada o reseca probablemente sea indicativa de una alergia. Otras dolencias dermatológicas que pueden ser consideradas como síntomas de una alergia son la aparición de ronchas o pequeñas verrugas e incluso erupciones que producen una intensa sensación de quemazón.
Problemas respiratorios.
Las dificultades a la hora de respirar son uno de los síntomas alérgicos más incómodos y de mayor urgencia médica. Incluyen la obstrucción de las vías respiratorias por inflamación de la garganta, lengua o labios, respiración silbante e incluso puede llegar a darse el caso de sufrir un principio de asma.
Problemas digestivos.
Los vómitos, diarreas y una excesiva acidez estomacal también pueden ser síntomas de una alergia.
¿Por qué se producen todos estos síntomas?
El organismo, para combatir y destruir cualquier agente externo que pueda ser peligroso, como una bacteria o un virus, genera grandes cantidades de anticuerpos. Éstos liberan una serie de sustancias químicas para combatir el agente invasor, que son precisamente las que causan todos los síntomas propios de una alergia dada su toxicidad. El problema estriba en que el organismo muchas veces confunde a sustancias inofensivas como el polvo o el polen con agentes externos potencialmente peligrosos, activando todos estos anticuerpos y causando, por lo tanto, todos los síntomas propios de una alergia.