La neumología
Es la rama de la medicina que se encarga del estudio y tratamiento médico de las enfermedades que aquejan al aparato respiratorio y al tórax. Estas incluyen padecimientos de la vía respiratoria (tráquea, bronquios y pulmones), pleuras (membranas que recubren al pulmón), la caja torácica con todos sus elementos (pared torácica: músculos, costillas, vértebras). De igual forma y con excepción de algunos órganos, el mediastino (espacio comprendido entre ambos pulmones), también es de interés en dicha especialidad. Las enfermedades respiratorias y del tórax pueden ser primarias (originadas en los pulmones y el propio tórax), o ser secundarias a enfermedades sistémicas (p. ejem. enfermedades inmunológicas, insuficiencia de órganos como el corazón y el riñón, tumores e infecciones originadas en otro órgano). Las enfermedades más frecuentemente atendidas por el NEUMÓLOGO son:
EPOC
por sus siglas en español Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica. Antes ésta enfermedad se dividía para su estudio en dos entidades: BRONQUITIS CRÓNICA y ENFISEMA PULMONAR. Dicha enfermedad es muy frecuente en fumadores y en aquellas personas expuestas a tóxicos ambientales como el humo de leña, humos de fábricas y polvos. Síntomas: tos crónica, flemas, falta de aire, cansancio.
ASMA.
Enfermedad crónica, que aparece en episodios y que es potencialmente reversible, debida a una respuesta exagerada de los bronquios ante un estímulo intrínseco o extrínseco, (p. ejem. aire frío, ejercicio, polvo, humedad, algunas plantas, contaminantes del aire, pelos y caspa de mascotas, ácaros). Síntomas: falta de aire, sibilancia (“pillido del pecho”), tos crónica.
NEUMONÍA.
Infección pulmonar que produce tos con flemas amarillentas o verdosas, fiebre, dolor en el tórax, malestar general y dificultad para respirar. Se presenta a cualquier edad, pero es más común en personas de edad avanzada, en las cuales suele ser más severa. En tiempo de frío o cuando hay cambios de temperatura es más frecuente. Conocida también como “PULMONÍA”.
CÁNCER DE PULMÓN.
Tumor maligno del pulmón que se presenta en fumadores con mayor frecuencia, aunque en no fumadores también se llega a observar. Es curable si se detecta en fases tempranas. Síntomas: tos crónica, pérdida inexplicada de peso, falta de aire, hemoptisis (flemas con sangre).
TUBERCULOSIS PULMONAR.
Enfermedad infecciosa crónica de los pulmones muy común en nuestro medio y que de no tratarse puede conducir a gran destrucción pulmonar y discapacidad funcional, riesgo de contagio a la familia y la muerte. Actualmente es curable. Síntomas: tos crónica a veces muy intensa, flemas con o sin sangre, pérdida inexplicada de peso y adelgazamiento, fiebres, sudores o calosfríos por las tardes o noches, falta de aire lentamente progresiva.
TABAQUISMO.
Antes se decía que era un hábito, sin embargo, ahora es considerado como una enfermedad dada por la adicción a la nicotina. Es la raíz de una gama de enfermedades no solo respiratorias sino de todo nuestro organismo, p. ejem. cáncer de pulmón y mama entre otros, EPOC, infartos del corazón, impotencia sexual, etc. Actualmente existe tratamiento sin necesidad de nicotina.
OTRAS ENFERMEDADES RESPIRATORIAS:
Traumatismos en tórax (p. ejem. golpes en pecho o espalda por accidentes), fibrosis pulmonar, micosis pulmonar (hongos), enfermedades reumáticas con repercusión pulmonar (p. ejem. Lupus, Artritis Reumatoide), empiema (pus entre el pulmón y las costillas), tumores benignos, fibrosis quística, Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño (conocida como SAOS y caracterizada por sueño excesivo durante el día y ronquido estruendoso durante la noche, frecuentemente asociado a sobrepeso), bronquitis aguda, derrames pleurales (colección de líquido en el espacio comprendido entre el pulmón y las costillas llamado espacio pleural y que tiene diversas causas), neumotórax (presencia anormal de aire entre el pulmón y las costillas que puede ser de origen traumático o espontáneo e inexplicable), tromboembolia pulmonar, etc.
El NEUMÓLOGO es el médico entrenado para el diagnóstico y tratamiento de tales enfermedades respiratorias, sin embargo, en la actualidad aún existe desconocimiento público de ésta especialidad. Esta situación ha contribuido en cierta forma a que la población busque y reciba atención médica no siempre calificada o certificada para estos problemas en específico, y esto a su vez, repercute en la perpetuación o complicación de sus padecimientos respiratorios.
Otro de los alcances del neumólogo es el de poder intervenir invasiva o no invasivamente en los pacientes con padecimientos propios de su especialidad. Entre los procedimientos realizados por el NEUMÓLOGO se encuentran: BRONCOSCOPÍA: estudio de endoscopía de los bronquios sobre todo para la detección de enfermedades tumorales o infecciosas del pulmón; también de utilidad en la extracción de cuerpos extraños dentro de los bronquios (p. ejem. trozos de comida o fragmentos de prótesis dentales entre otros). ESPIROMETRÍA: estudio no invasivo que evalúa la función bronquial, fundamental para el diagnóstico de enfermedades como el asma y el EPOC. Indispensable en personas fumadoras, amas de casa que cocinan o han cocinado con leña, personas que usan cloro o ácidos para limpieza de baños y cocinas en el hogar o el trabajo, o aquellos trabajadores con exposición a polvos, gases o humos (p. ejem. obreros de la construcción, obreros de plantas petroquímicas, estilistas, cocineros, etc.), asimismo, es útil en el seguimiento de secuelas de enfermedades respiratorias crónicas o para la valoración de la función pulmonar previo a cirugías en general. BIOPSIAS DE PULMÓN Y/O PLEURA: toma de muestra de tejidos pulmonar o pleural para el diagnóstico de enfermedades tales como el cáncer o infecciones severas. TORACOCENTESIS: extracción de fluidos pleurales con fines diagnósticos o como parte del tratamiento (p. ejem. derrame pleural en pacientes con insuficiencia renal que no responden a medicamentos o diálisis, o pacientes con enfermedades malignas del pulmón).
Conoce estos diez consejos prácticos ante una tromboembolia pulmonar aguda
Sabemos que la tromboembolia pulmonar es una afección en la que una o más arterias en los pulmones quedan obstruidas por un coágulo sanguíneo pero ¿sabemos cómo identificarla? Y más aún ¿cómo tratarla?
Si aún no lo sabes, aquí te lo contamos. La tromboembolia pulmonar tiene múltiples facetas y diagnósticos diferenciales. De hecho, su potencial gravedad exige mucha agilidad en el diagnóstico y en el tratamiento, con un margen de error tolerable muy estrecho y por demás confiable.
Toma nota de estos 10 prácticos consejos que a continuación nos comparte el grupo de expertos de la European Society of Cardiology (ESC) para el diagnóstico y el tratamiento de la tromboembolia pulmonar aguda, a fin de poder atenuar cualquier dificultad:[1]
1. Primero que nada, en los pacientes con inestabilidad hemodinámica es recomendable realizar un ecocardiograma a la cabecera del paciente como prueba de imagen rápida e inmediata para distinguir la sospecha de riesgo alto de tromboembolia pulmonar de otras situaciones agudas que ponen en riesgo la vida.
2. Si se tiene la sospecha de una tromboembolia pulmonar aguda, después de poner en marcha la evaluación diagnóstica, debe iniciarse la anticoagulación lo más rápidamente posible, excepto si el paciente presenta una hemorragia o tiene una contraindicación absoluta.
3. Es importante utilizar algoritmos diagnósticos recomendados y homologados para la tromboembolia pulmonar, incluyendo una evaluación estandarizada de la probabilidad clínica (previa a la prueba) y del análisis del dímero D para evitar pruebas de diagnóstico por imagen innecesarias, caras y potencialmente perjudiciales.
4. Asimismo, si la angiotomografía indica una tromboembolia pulmonar subsegmentaria única, debemos tener en cuenta la posibilidad de un hallazgo positivo falso. Aquí vale la pena buscar una segunda opinión para evitar un error diagnóstico y una anticoagulación innecesaria.
5. De igual manera, y ante la confirmación de la tromboembolia pulmonar sin inestabilidad hemodinámica debe realizar una evaluación adicional del riesgo combinando los hallazgos clínicos, la evaluación del tamaño o la función del ventrículo derecho y los biomarcadores de laboratorio, según sea apropiado, para decidir si es necesario el tratamiento o la monitorización de la reperfusión en pacientes de alto riesgo o valorar un alta temprana con continuación de la anticoagulación en régimen ambulatorio en los pacientes de riesgo bajo.
6. No debemos pasar por alto que en los pacientes con tromboembolia pulmonar de riesgo alto debemos elegir la mejor opción de reperfusión (trombólisis sistémica, embolectomía quirúrgica o tratamiento por catéter) teniendo en cuenta el perfil de riesgo del paciente y los recursos disponibles. Estos tratamientos deben estar disponibles como una opción para los pacientes con riesgo intermedio/alto que presentan empeoramiento del estado clínico.
7. Ante la ausencia de contraindicaciones es preferible un anticoagulante oral directo a los tratamientos "clásicos" con heparina o antagonistas de la vitamina K.
8. También debemos tener en cuenta que, después de un primer episodio de tromboembolia pulmonar, el riesgo de recidiva de la tromboembolia venosa persiste a lo largo de la vida (excepto si la tromboembolia pulmonar aguda está relacionada con un factor de riesgo potente transitorio/reversible). Por esta razón se recomienda reevaluar al paciente después de 3 a 6 meses de anticoagulación, teniendo en cuenta los riesgos y los beneficios y las preferencias del paciente relacionadas con el tratamiento, además de un seguimiento periódico regular.
9. Si estamos ante la sospecha de una tromboembolia pulmonar en una mujer embarazada es primordial aplicar los algoritmos diagnósticos incluyendo la tomografía pulmonar o la gammagrafía de ventilación/perfusión que pueden emplearse con seguridad durante el embarazo.
10. Finalmente, y después de una tromboembolia pulmonar aguda, debemos realizarle al paciente un seguimiento y una evaluación adecuada de los signos de recidiva de la tromboembolia venosa, cáncer, complicaciones hemorrágicas de la anticoagulación, limitación funcional o hipertensión pulmonar tromboembólica crónica.
Como hemos leído, la tromboembolia pulmonar aguda representa una afección seria de la cual todos debemos estar oportunamente preparados tanto para su adecuado diagnóstico como tratamiento.