¿Qué es la luxación de hombro?
Una articulación se forma cuando dos huesos se ponen en contacto para generar un movimiento. Estos ponen en contacto una superficie de cartílago y se mantienen unidos por un envoltorio llamado cápsula articular, la cual está reforzada por ligamentos que se insertan en ambos huesos. El término luxación quiere decir que existe un desplazamiento de uno de los huesos de la articulación, perdiendo el contacto entre ellos. En términos comunes, podríamos decir que uno de los huesos se sale de su posición habitual.
El hombro está formado por la unión entre la glenoides (superficie articular de la escápula) y la cabeza del húmero. Cuando la cabeza humeral se sale de su posición, perdiendo el contacto con la glenoides, ha ocurrido una luxación del hombro.
¿Cómo se produce la luxación de hombro?
Generalmente se produce cuando se lleva al hombro a posiciones límites de su rango de movimiento normal. Lo más frecuente es que ocurra cuando se fuerza el hombro a una posición de abducción y rotación externa. Esto puede ocurrir durante una caída con apoyo del brazo afectado o en accidentes de alta energía mediante un golpe directo. Es frecuente que ocurra en deportes de contacto. En personas con episodios de luxación a repetición, esta puede ocurrir con movimientos mínimos, incluso de forma voluntaria debido a la laxitud que han adquirido los tejidos dañados.
¿Cuáles son los síntomas?
El principal síntoma es el dolor de inicio brusco asociado a la sensación de tener el hombro fuera de su posición. En general el cuadro es evidente. El 95% de las veces la luxación de hombro es hacia anterior, por lo que se puede observar una deformidad en el hombro afectado asociado a la incapacidad de realizar movimientos debido al intenso dolor. En algunas ocasiones, se puede acompañar a un daño neurológico que dejará al paciente sin la posibilidad de mover ni sentir su extremidad superior. Afortunadamente, en la mayoría de los casos esto es transitorio. El dolor solo pasará cuando el hombro sea reducido a su posición normal. Dentro de los cuadros clínicos similares que hay que diferenciar, se encuentra la disyunción acromioclavicular, el cual también provoca deformidad y dolor del hombro.
¿Qué ocurre dentro del hombro?
La principal estructura dañada en una luxación de hombro es el labrum articular. El labrum es un anillo de fibrocartílago que se inserta en el borde de la articulación, principalmente para aumentar la superficie de contacto entre ambos huesos y aportar a la estabilización de la cabeza humeral dentro de la articulación. Además, existe una lesión en la cápsula y en los ligamentos que la refuerzan. El labrum, la cápsula y los ligamentos tienen la posibilidad de cicatrizar luego de un episodio de luxación. El problema es que, si vuelve a ocurrir, estos elementos se vuelven cada vez más laxos, perdiendo su capacidad estabilizadora. Esto provoca que el hombro se vuelva inestable y se luxe nuevamente con mayor facilidad. Además, en pacientes sobre 40 años, es necesario evaluar si se provocó una lesión en el manguito rotador, ya que, a mayor edad, este tejido se vuelve menos elástico siendo frecuentemente lesionado en las luxaciones de hombro.
Lesiones más comunes de cadera
Con el paso del tiempo y la realización de movimientos repetitivos, se va produciendo un desgaste del cartílago de la cadera que se convierte en una enfermedad degenerativa que conocemos como artrosis.
Además de la edad y el sexo (más frecuente en hombres que en mujeres), otros factores como la sobrecarga, la obesidad, los traumatismos, la poca actividad física o la herencia genética también influyen en la aparición de la enfermedad.
El síntoma más característico es el dolor en la ingle, que puede extenderse hacia el muslo, la rodilla y la nalga, así como la sensación de "huesos frotando contra huesos" y la incapacidad para realizar movimientos rutinarios con la articulación.
Su tratamiento no se limita a los antiinflamatorios, analgésicos o la rehabilitación, sino que en los casos más severos se hace necesaria la cirugía. También la infiltración de plasma rico en factores de crecimiento da buenos resultados para la regeneración del tejido afectado.
Bursitis | Lesiones de partes blandas | bursitis de cadera
Igual que en otras articulaciones, en la cadera tenemos una bolsa (bursa) que contiene líquido sinovial y que sirve para amortiguar el "choque" entre huesos y tendones. Cuando esta bolsa se inflama, se produce una bursitis.
Traumatismos, presión continuada, actividades deportivas, infecciones, gota, diabetes o artritis reumatoide son algunas de las causas que pueden producir este daño en la bursa.
Los síntomas más frecuentes son dolor, inflamación y rigidez en la cadera o muslo, siendo su intensidad aguda en los primeros momentos, pero transformándose a sorda y continuada los días siguientes.
Es una lesión que puede ser repetitiva y llegar a convertirse en crónica.
Medicación, reposo, fisioterapia, pérdida de peso, extracción del líquido e incluso la cirugía (bursectomía) pueden ser algunos de los tratamientos a aplicar, en función de la intensidad de la lesión.
Fracturas | Lesiones óseas | fracturas de cadera
La cadera es una articulación en la que un hueso con forma de bola (la cabeza del fémur) encaja dentro de una cavidad de otro hueso (acetábulo de la pelvis).
Aunque son articulaciones muy estables, que permiten gran cantidad de movimientos sin ningún problema, cuando sufren un golpe muy fuerte (por ejemplo, por una caída, por un uso excesivo o por la práctica de algunos deportes), se puede producir una fractura de cadera.
En las personas de cierta edad, por la pérdida de masa ósea y la osteoporosis, que hacen que los huesos sean más débiles, la frecuencia de estas lesiones es mayor, y puede tener consecuencias muy serias si no se trata adecuadamente.
Las fracturas más frecuentes en la articulación de la cadera son la fractura del cuello del fémur y la fractura intertrocantérica.
La fractura de cadera es una lesión grave que requiere atención inmediata y en la mayoría de los casos necesitará cirugía para su resolución. Por su parte, la recuperación es lenta y su duración dependerá del alcance de la lesión, la edad del paciente, su tolerancia a los medicamentos y tratamientos y, por supuesto, su estado general de salud.
Luxaciones | Lesiones óseas | luxación de cadera
Decimos que se ha producido una luxación cuando, los extremos de los huesos que deberían estar encajados en las articulaciones (fémur y pelvis), se salen de su sitio normal.
Es lo que también se conoce como "dislocación" y suele producirse como consecuencia de accidentes en los que la cadera sufre un impacto muy fuerte y seco.
Cuando esto sucede, se produce un dolor repentino y muy agudo, quedando la articulación deformada e inestable, e impidiendo realizar movimientos de rotación.
Se distinguen dos tipos de luxaciones –anterior y posterior–, dependiendo de dónde quede la superficie articular del fémur respecto de la tibia.
El diagnóstico lo debe realizar un traumatólogo y su tratamiento será la analgesia, la reducción de la lesión –sólo la debe realizar el especialista, ya que es muy fácil dañar la articulación–, el reposo y la descarga. En muchos casos será necesaria la cirugía.
Necrosis | Lesiones óseas | Reemplazo cadera necrosada
Los huesos se "alimentan" de la sangre que les llega a través de los vasos. Si en algún momento falta ese riego sanguíneo a un hueso, se produce una necrosis u osteonecrosis, es decir, la "muerte del hueso por falta de riego sanguíneo".
Por su anatomía, la cabeza del fémur tiene pocos vasos sanguíneos que le lleven sangre. Por golpes, fracturas, luxaciones u obstrucción de los vasos (embolia), no es difícil que estos vasos se obstruyan o se lesionen, dejando al hueso sin "alimento".
Cuando esto sucede, el hueso se va deformando y rompiendo hasta quedarse "plano", lo que produce un dolor persistente que lleva a sufrir rigidez, dolor en la ingle, el muslo y la rodilla, además de atrofia muscular y cojera.
Generalmente, la solución para las necrosis es una intervención quirúrgica que sustituya el hueso dañado por una prótesis.
Reumatismos | Lesiones óseas | artritis reumatoide cadera
Haciendo una definición simple, genéricamente se denomina reumatismo a los procesos que cursan con dolor y rigidez en el sistema músculo-esquelético, independientemente de su origen.
No es una enfermedad en si misma, sino un conjunto de síntomas que suele manifestarse a partir de los 40 ó 50 años, y que ataca a las mujeres más que a los hombres.
La artritis reumatoide se genera cuando disminuye la lubricación y los músculos y los tendones no se deslizan con suavidad. Esto provoca un "roce" en la articulación de la cadera y da lugar a la deformidad, la inflamación y el dolor, que puede sentirse también en el muslo y en la rodilla.
Puede ser de dos tipos: articular y no articular, según afecte al interior de la articulación o a las estructuras exteriores (como tendones y músculos), por lo que su tratamiento será diferente en cada caso, desde la rehabilitación hasta la medicación oral, las infiltraciones o la cirugía.
Sinovitis | Lesiones de partes blandas | sinovitis
La sinovitis es una inflamación de los tejidos blandos de la cadera que provoca dolores agudos en la ingle, la cadera o la cara anterior del muslo (parte delantera). Estas molestias producen cojera y una movilidad muy limitada.
Las causas no están claras, pero se asocia a traumatismos o predisposiciones genéticas. Curiosamente, en los niños también es frecuente que se produzca después de haber sufrido una infección de las vías respiratorias.
Dependiendo de la intensidad y las características del paciente, el tratamiento será con antiinflamatorios, extracción del líquido sinovial, reposo y rehabilitación.
Tendinitis de glúteo | Lesiones de partes blandas | tendinitis de glúteo
La tendinitis de glúteo es la degeneración e inflamación de los músculos glúteo medio y/o menor, una lesión muy frecuente entre los deportistas que practican deportes de "impacto" (running, aerobic, step, etc.), y que se puede producir tanto por traumatismos directos como por movimientos repetitivos.
Debido a que se manifiesta con un dolor lateral en la cadera y molestias al andar o al sentarse, su diagnóstico no es sencillo y puede confundirse facilmente, por lo que se conoce también como falsa trocanteritis.
Dependiendo de la intensidad, se tratará con reposo, antiinflamatorios, fisioterapia y aunque no es frecuente, en algunas ocasiones será necesaria la cirugía.
Trocanteritis | Lesiones de partes blandas
La trocanteritis es una afección que se caracteriza por un dolor crónico situado en la parte lateral de la cadera, justo en el trocánter mayor que se encuentra junto a la cabeza del fémur y que es el punto de inserción de la musculatura del glúteo. Este dolor aumenta al andar, al subir escaleras o al sentarse sobre ese lado.
En general el origen es degenerativo y es más frecuente en las mujeres, debido a la configuración esquelética de la pelvis.
Dependiendo del estado de cada paciente, el tratamiento será con antiinflamatorios, reposo, rehabilitación o infiltraciones.